Por
Litzy Alvarado Antonetty
Candidata
alcaldesa PIP, Salinas
Soy mujer, soy negra, soy caribeña, soy hispana, soy
pobre.
Tengo todas las condiciones para entender lo que
sufren los hermanos y hermanas de las comunidades afroamericanas en E.E.U.U. y
el por qué hoy protestan.
El corto tiempo que viví en Waterbury, Connecticut,
fue uno tan intenso que pareció una década.
Trabajé en una clínica de Terapia Ocupacional como
traductora para personas hispanoparlantes y como terapeuta ocupacional. Estuve
allí sólo 4 meses porque me pagaban la mitad del sueldo acordado. De ahí me fui
a trabajar a una tienda como asistente de gerente. Una de las empleadas que
tenía a cargo, la única estadounidense, se negaba cumplir con mis solicitudes y
órdenes porque yo era hispana. Así fui víctima del racismo.
En Puerto Rico, muchas películas de Hollywood nos han
transmitido los estereotipos racistas sobre los negros: son traficantes,
ladrones, encargados de puntos de drogas y matones. Lo vemos en las películas,
no lo cuestionamos o escudriñamos, y cuando la vida nos empuja a dejar nuestra
patria y emigrar hacia “el norte”, llegamos allá y las ideas transmitidas, a través
de las películas, se hacen una temible realidad en nuestra cabeza.
Me pasó. Aun siendo una puertorriqueña negra. Ideas,
no siempre correctas, que se convierten en prejuicios. Los saqué de mi corazón.
Pero, estos hermanos y hermanas llevan siglos luchando contra esta triste
realidad en su país.
Que duro debe ser sentirse tratados con desprecio en
su propia nación, en la única que conocen y llaman su patria. Viven a la
defensiva. Crían a sus hijos a la defensiva. Los padres negros en E.E.U.U les
enseñan a sus hijos desde pequeños, cómo responder ante la intervención de la
policía. Saben que las circunstancias los inculpan por solamente ser negros y
estar en el momento o lugar equivocado. A veces ni siquiera están en un lugar
equivocado. La historia les ha dado muy duro, han tenido que luchar doblemente
por tener un lugar en la sociedad, para que se reconozca la extraordinaria aportación
que han hecho a su nación.
¿Y en Puerto Rico? También existe el racismo.
En una ocasión, Ida L. Castro, quien fuera abogada laboral,
profesora universitaria, fundadora del primer grupo de mujeres hispanas de Nueva
Jersey y presidenta de la Comisión de la Igualdad de Oportunidades en el Empleo
de los Estados Unidos (EEOC por sus siglas en inglés), dijo lo siguiente:
“Frecuentemente lo que confrontamos son actitudes tan arraigadas
y aceptadas que ya no se cuestiona su impacto en la sociedad. Peor aún, se rechaza
vehementemente el que nuestro “racismo sutil” conlleve consecuencia
alguna. Sin embargo, aquellos que sufren
y padecen la realidad de su condena a condiciones económicas más bajas
simplemente porque quizás “salió” muy oscuro, o su pelo es demasiado rizo o sus
facciones muy negroides; éstos sí entienden claramente las consecuencias de estas
actitudes enraizadas. Cuántas veces he escuchado que Puerto Rico es distinto porque
aquí no existe el discrimen racial”.
Por eso a muchos les extraña que haya una negra como
representante en algún certamen de belleza y mucho más si ésta gana el mismo. Por
eso tenemos expresiones populares como: “es negra, pero linda”, “es negro
acepilla’o”, “es negro fino”, “ella tiene el pelo malo”.
¡Mi pelo no es malo! Yo tengo el cabello ulotrico, hermosamente
rizado. A veces tomo como un chiste cuando me preguntan: “¿cuándo te vas a
peinar?”. Yo siempre me peino, pero no siempre lo cepillo porque mi cabello
rizado no es para cepillarse.
Así como se discrimina contra los afroamericanos por
ser negros, también se discrimina con otros sectores llamándoles, para empezar,
MINORIAS. Es tiempo de cambiar el enfoque y saber que cada uno tiene mucho que
aportar y eso no es determinado por el color de la piel o la apariencia física.
Todos debemos tener la oportunidad de desarrollo y de servir como miembros de
la misma sociedad y el mismo espacio.
Para Dios todos somos iguales: somos sus hijos e
hijas, hechura de su mano y de su amor.
Soy mujer, soy negra, soy hispana, soy caribeña y soy
pobre. Me duele lo que sufren hermanos y hermanas de las comunidades afroamericanas.
Y esta situación terrible que desespera y hastía me hace decir: “I CAN’T
BREATH!”.
Hermosa y valiente mujer que me representa. Te felicito por tu valentía e inteligencia. Adelante. Dios te bendice. Migdalia Reyes Coss
ResponderEliminarEl esterotipo de Hollywood sobre los negros era mucho más intenso durante los años 60s. Era raro ver un negro en prliculas de blancos pero ese estereotipo cambió drasticamente en los últimos 50 años. En Puerto Rico la situación racial esta aún a nivel de negación cómo era antes en los Estados Unidos
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