Denuncian que
fincas solares costarán más que paneles en techos
Propuesta de la
AEE compromete terrenos fértiles que Puerto Rico necesita para ampliar sus
recursos de seguridad alimentaria
25
de mayo de 2020 – Las organizaciones agrupadas bajo la
propuesta Queremos Sol solicitaron a la Junta de Gobierno de la Autoridad de
Energía Eléctrica (AEE) comenzar un proceso participativo y transparente para
dotar a la isla de equipos solares y sistemas de almacenamiento beneficiosos
para los consumidores.
Específicamente, el grupo
propone que la AEE tome las medidas para adquirir o procurar equipos que
aprovechen la abundancia de recursos que representan los techos y sistemas de
almacenamiento de energía solar, que pueden ser instalados de inmediato por
decenas de empleados de la AEE ya entrenados en tecnología de energía
renovable, en colaboración con grupos comunitarios.
La petición responde a la
intención expresa de la AEE de adelantar la meta de generar la totalidad de la
energía con fuentes renovables para antes de 2050, basado en megaproyectos que
impactarían terrenos agrícolas y de alto valor ecológico.
"Nuestros estudios
demuestran que el costo de generar electricidad fotovoltaica en techos es más
barato, por mucho, que el precio que AEE pagará por la energía solar
fotovoltaica de fincas grandes", dijo Agustín Irizarry, catedrático del
Departamento de Energía Eléctrica de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez.
Según el perito, "el
costo de generar energía solar en techos disminuye con el tiempo. Por el
contrario, el precio de la energía renovable en fincas grandes aumenta con el
tiempo debido a que los contratos anunciados por la AEE conllevan un aumento de
2% al año". A este costo hay que sumarle alrededor de 5 centavos, el costo
de tarifa básica de la AEE, añadió.
Por otro lado, el grupo
planteó que los proyectos favorecidos por la AEE comprometen terrenos fértiles
que Puerto Rico necesita para ampliar sus recursos de seguridad alimentaria y
proteger su ecología.
"La mayoría de las
instalaciones solares grandes que se proponen están ubicadas en terrenos de
valor agrícola o valor natural. Tenemos espacio suficiente en los techos para
generar electricidad por lo que rechazamos el que se utilicen terrenos fértiles
y valor ecológico para proyectos solares. Las decisiones no se pueden tomar en
el vacío. La crisis que enfrentamos con la pandemia del COVID-19 nos muestra la
importancia de asegurar terrenos para la seguridad alimentaria del País y nos
reitera la estrecha relación entre las condiciones del medioambiente y la salud
pública", expuso Ingrid M. Vila Biaggi, presidenta de Cambio, una de las
organizaciones proponentes de Queremos Sol.
El grupo destacó que la
destrucción del sistema eléctrico de transmisión y distribución por el paso del
huracán María dejó a Puerto Rico sin electricidad a pesar de que el sistema de
generación funcionaba. Esto demuestra la necesidad de desarrollar proyectos
renovables distribuidos en techos que beneficien directamente a las
comunidades.
"La energía de
centrales grandes no llegaba a los hogares tras el paso del huracán. Lo mismo
pasará con la energía solar en fincas grandes si se avería el sistema de
transmisión y distribución. La inmensa mayoría de los sistemas solares en
techos, en Puerto Rico y en Islas Vírgenes, sobrevivieron al huracán
María", indicó Ángel Figueroa Jaramillo, presidente de la Unión de
Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riesgo (UTIER), parte de Queremos Sol.
Por su parte Federico
Cintrón, Director de El Puente-Enlace Latino de Acción Climática añadió que
"el modelo de producción que insiste en impulsar la gerencia de la AEEPR
con estas instalaciones solares y con la importación de gas líquido, retrasan y
obstaculizan una verdadera transformación justa hacia un sistema energético
sustentable, seguro y distribuido. De poco sirve producir energía solar si el
modelo económico que lo hace continúa fomentando la desigualdad social. En
Queremos Sol proponemos que sea la gente quien produzca y almacene la energía
utilizando sus techos. Hacia eso es que nos debemos mover y dejar de
comprometer la soberanía energética de Puerto Rico con negocios que solo
benefician a unos pocos".
Las organizaciones
recordaron que estos proyectos se originaron bajo el gobierno de Luis Fortuño y
que son producto de un proceso expedito (“fast-track”) que no contó ni con
participación ciudadana ni con una evaluación rigurosa de los impactos directos
y a largo plazo para nuestro desarrollo sostenible.
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