Tania Vázquez Rivera: cuando la
incomunicación y las mentiras son política pública
Por:
Víctor Alvarado Guzmán
Asesor Ambiental

Máxime
cuando su incomunicación con las comunidades y reiterada falta de transparencia
han permeado cada uno de sus días al cargo.
Nominada por el gobernador
Desde
que el gobernador Ricardo Rosselló Nevares la nominó en diciembre de 2016 para
dirigir el DRNA, y poco después para presidir simultáneamente la JCA, voces experimentadas
y líderes ambientales expresaron, desde reservas, hasta preocupación hacia la
designada.
Uno
de los primeros fue el planificador Luis Jorge Rivera Herrera, científico
ambiental y ganador de Premio Goldman, un galardón mundial que se concede
anualmente a baluartes de la naturaleza y el medio ambiente.
Según
alertó, cuando la administración del exgobernador Luis Fortuño derogó la
reserva natural del Corredor Ecológico del Noreste (CEN) y cuando afloraron las
propuestas para el gasoducto del norte y la planta de incineración en Arecibo, Vázquez
Rivera fungía como subsecretaria del DRNA.
De
igual modo, la coordinadora de la Coalición de Organizaciones Anti Incineración,
Myrna Conty, advirtió que mientras la funcionaria codirigía el DRNA junto al
notorio Daniel Galán Kercadó, se firmó de manera irregular un acuerdo con la
empresa incineradora Energy Answer para extraer agua del Caño Tiburones. Para
este último, ambos funcionarios certificaron datos falsos.
Además,
contrario a lo que pregonó Vázquez Rivera en una columna de su autoría el 21 de
diciembre del 2016, cuando aseguró que tendría “una política de puertas
abiertas para escuchar los reclamos de las comunidades", -o como aseveró
cinco días después en una entrevista donde dijo que todos los grupos tendrían
“oportunidad de diálogo en el DRNA”- la funcionaria nunca respondió a una simple
petición de reunión con la Coalición que dirigía Conty.
El mismo
patrón de conducta se repitió cuando las organizaciones que lideran la resistencia
contra el depósito de cenizas en Peñuelas solicitaron reunirse con la
presidenta de la JCA al inicio del 2017. Vázquez Rivera nunca contestó la
petición.
Dudas en la Legislatura
Durante
las vistas para su confirmación en el Senado el 13 de enero de 2017, varios
legisladores cuestionaron el conflicto de interés e institucional que podría
acarrear el que una sola persona dirigiera el DRNA y la JCA.
A
esta opinión se sumaron el experto en Derecho Ambiental, Pedro Saadé Lloréns, y
el reconocido planificador Félix Aponte Ortiz.
Saadé
Lloréns también alertó que la consolidación de ambas agencias propiciaba el
debilitamiento de las políticas de protección a la salud y los recursos
naturales, ya que perdían terreno ante la influencia y predominio del sector
privado empresarial en la toma de decisiones del gobernador Rosselló Nevares.
Los
argumentos esgrimidos por Vázquez Rivera para defender su doble rol, sin
embargo, crearon suspicacia entre los senadores. Por ejemplo, su alegación de que
ambas agencias pueden emitir multas, una hacia la otra, dejó al descubierto su
insensata postura.
Al
final, el senador del Partido Independentista Puertorriqueños (PIP), Juan
Dalmau Ramírez; el senador independiente José Vargas Vidot, y la delegación del
PPD votaron en contra del nombramiento de Vázquez Rivera. Aun así fue
confirmada.
Señalamientos y petición de renuncia
A
pocos días de su certificación, comenzaron los señalamientos y problemas. El 7
de febrero de 2017, el periódico Claridad denunció que Vázquez Rivera había
nombrado a puestos importantes a candidatos del Partido Nuevo Progresista (PNP)
que no habían prevalecido en las elecciones.
Entre
ellos a Jerón Muñiz Lassalle, candidato a la alcaldía de Quebradillas, y a Rafael
Picó Seda, candidato a la alcaldía de Salinas. Muñiz Lassalle fue nombrado como
ayudante especial y Picó Seda como secretario interino de la Secretaría
Auxiliar del Manejo de Conservación de Áreas Naturales y Biodiversidad del DRNA.
Esto a pesar de que ninguno de los dos cuenta con preparación, ni experiencia
profesional en asuntos ambientales.
Tres
meses más tarde, el 18 de mayo de 2017, el senador del PNP por el Distrito de Ponce
y exvigilante del DRNA, Nelson Cruz Santiago, reclamó la renuncia de Tania
Vázquez. En esencia, por no atender una querella que él había sometido cuatro
meses antes por el depósito de cenizas de carbón en Puerto Rico.
Si
“no puede o tiene miedo y, si no puede con el empuje, que renuncie”, advirtió
el senador a la presidenta de la JCA.
En
agosto de ese mismo año, el representante del PIP, Denis Márquez Lebrón, también
acusó a Vázquez Rivera de no cumplir con la función ministerial de entregar
documentos públicos y radicó un recurso legal contra la JCA, luego de que la
presidenta ignorara solicitudes escritas de información sobre el depósito de
cenizas en el vertedero de Peñuelas.
Tras
presentar la demanda ante el Tribunal de Primera Instancia de San Juan, Vázquez
Rivera argumentó que el legislador había radicado la petición de información en
el lugar equivocado.
Sin
embargo, el representante mostró evidencia de que desde el 12 de julio de 2017,
tres meses antes, la oficina de Vázquez Rivera había recibido la petición escrita
de Márquez Lebrón y que posteriores comunicaciones se entablaron con
funcionarios de la propia agencia.
Durante
ese conflicto público, la empresa AES reanudó el depósito de cenizas tóxicas de
carbón en el vertedero de Peñuelas, con el aval de la secretaria Vázquez Rivera.
Aun
así, la presidenta de la JCA admitió a un periódico nacional que su agencia no podía
validar si AES efectivamente transportaba Agremax (mezcla de cenizas humedecidas)
al vertedero de EC Waste, dijo que desconocía cuántas toneladas de cenizas se
habían depositado y reconoció que no había inspeccionado el acarreo de este
material.
Comunicación en picada
El
6 de abril de 2018 se radicó una querella en las oficinas de la JCA, por malos
manejos de lixiviados en el vertedero de Peñuelas, luego de que residentes
peñolanos intentaron infructuosamente, por cinco días, hacerlo por teléfono.
El
número de querella nunca fue entregado a los querellantes.
Seis
semanas después, en una reunión con la Agencia de Protección Ambiental federal
(EPA) a la que asistió Tania Vázquez, la funcionaria ofreció verbalmente el
número de querella e informó que personal técnico había inspeccionado el
vertedero de EcoSystems.
Los
querellantes nunca recibieron la información sobre la inspección ni el informe
sobre las conclusiones de la JCA a la querella presentada.
El
pasado 7 de julio, el portavoz del PPD en la Cámara de Representantes, Rafael
“Tatito” Hernández, también tildó de “irresponsable e insensible” a la
secretaria del DRNA por hacerse de la vista larga ante múltiples reclamos de
varias comunidades en Vega Baja, que llevan meses solicitando que se le dé
mantenimiento a cuerpos de agua que amenazan sus hogares.
El
representante comentó que tanto él, como el alcalde de Vega Baja, llevaban
meses intentado comunicarse con la secretaria y que la servidora pública ni siquiera
se había molestado en contestar.
En problemas por las cenizas
Por
otro lado, en la discusión pública sobre las cenizas de carbón, Vázquez Rivera ha
demostrado que está claramente incapacitada para dirigir la JCA.
Claro
ejemplo es su postura de que las cenizas de carbón no son peligrosas, a conciencia
de que los dos métodos analíticos que utiliza su agencia y la Agencia de
Protección Ambiental federal (EPA) son inefectivos.
La
evidencia más contundente de esto trascendió el 16 de julio de 2012, cuando el
entonces jefe de la Subdivisión de Cumplimiento de la Ley Federal de
Conservación y Recuperación de Recursos (RCRA), George C. Meyer, escribió a la
JCA una carta donde puso en duda la efectividad de los “dos métodos analíticos
de lixiviación”. Los mismos métodos que la actual presidenta de la JCA defiende.
Otro
testimonio de su incompetencia es su continuo proceder. Los mismos reglamentos
federales que ella tanto defiende le permiten a Vázquez Rivera y a sus agencias
ser más estrictos que la propia ley federal. Por eso, su poder le permite
ordenar exámenes y métodos más confiables, solicitar pruebas de particulado
radiactivo a las cenizas, prohibir el depósito en los vertederos y clasificar
los residuos de carbón como peligrosos. Pero Vázquez Rivera no lo hace.
Como
si no fuera suficiente, una imprevista inspección aérea realizada el 1 de
septiembre de 2017 por una delegación del Senado, evidenció la “dejadez e
incompetencia” de la JCA ante las reiteradas denuncias de las comunidades
cercanas al vertedero de EC Waste en Peñuelas y a la empresa AES en Guayama.
Como
reseñó el periódico La Perla del Sur, el manejo inadecuado de las miles de
toneladas de cenizas depositadas en el vertedero de EC Waste -contrario a lo
que ordenan resoluciones de la JCA- quedó al descubierto.
Del
mismo modo, la inspección documentó la ausencia de medidas de mitigación de
polvo fugitivo y la acumulación ilegal de cientos de miles de toneladas de residuos
de carbón en la planta de AES, en clara violación a la cláusula contractual con
la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), que limita a 180 días el máximo de
tiempo permitido para que este desperdicio se almacene en el país, lo que prueba
una clara violación al estado de derecho y denota la negligencia y complicidad
de Vázquez Rivera.
Ordena, pero AES no hace caso
Incluso
cuando la JCA aparenta “sacar pecho” contra AES, el resultado es inconsecuente.
De
forma temeraria y prepotente, la carbonera AES se negó a cumplir y, aunque la
JCA los multó, la empresa apeló la decisión ante la propia agencia y a estas
alturas, a casi un año de la falacia, la montaña de cenizas continúa a la
intemperie.
Todo
esto con un agravante del que Tania Vázquez es cómplice. Como demostraron La
Perla del Sur y el Centro de Periodismo Investigativo, un estudio pagado por
AES detectó partículas radiactivas y metales pesados como arsénico, cromo,
selenio y molibdeno en las aguas subterráneas de la carbonera: situación que se
agravó luego de las copiosas lluvias del huracán María.
Y el reglamento
¿pa’ cuando?
Para
rematar, el 7 de marzo de 2018, Tania Vázquez aseguró a El Nuevo Día que el
reglamento sobre el manejo de cenizas de carbón estaba hecho, que en ese
momento el documento se encontraba bajo evaluación de la EPA y que en dos meses
estaría disponible para recibir comentarios públicos.
Sin
embargo, cinco meses después, durante una actividad del Colegio de Químicos de
Puerto Rico, la directora de la EPA a nivel del Caribe, Carmen Guerrero Pérez,
negó que la agencia federal estuviera evaluando dicho reglamento.
“Sabemos
que la Junta tiene un interés en desarrollar un reglamento enfocado en los
residuos de combustión del carbón. Se está trabajando en el mismo, pero
desconocemos para qué fecha será publicado para comentario público y luego,
entonces, poder adoptarlo finalmente”, aseveró Guerrero. Esta sola declaración
desmiente a Tania Vázquez Rivera.
De
igual modo, el pasado 4 de julio, justo cuando se cumplía un año de la
aprobación de la polémica Ley 40, el senador Larry Seilhamer Rodríguez
reconoció que la JCA ha incumplido con el mandato del Senado y la ley, al no
haber entregado -incluso con prórrogas- el reglamento para su implementación.
Ante
tanta ineficacia y desdén, ya nadie debe dudarlo. Para Tania Vázquez Rivera, la
incomunicación y la mentira son la política pública.
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